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Mal aliento: cómo prevenirlo

Cuando hablamos de mal aliento o halitosis nos referimos al un olor desagradable que sale por la boca o la nariz al exhalar. Puede tener un inicio oral o externo y causar inseguridad, vergüenza y otras consecuencias psicológicas en aquellas personas que lo padecen y que no son capaces de disimularlo.

Tipos de halitosis

  • Transitoria. Se trata de un mal aliento puntual, que aparece justo al despertarse. Se produce por la disminución del flujo salival en el periodo de sueño y por pasar muchas horas sin comer. Además, alimentos como la cebolla o el ajo también pueden producirlo de forma temporal.
  • Permanente. Es un mal aliento que no se soluciona con los métodos habituales de higiene. sino que hace falta un tratamiento concreto en función del diagnóstico. Este tipo puede ser oral o extra-oral.

Es difícil prevenir la halitosis permanente, pero la transitoria se puede evitar.

Consejos para prevenir el mal aliento

Normalmente, los malos hábitos son los que originan este problema. Por tanto, algunos consejos para prevenirlo son:

  • Evitar dietas hipocalóricas, hiperproteicas y comidas ricas en grasas.
  • Evitar comidas con un sabor fuerte y con especias con mucho olor.
  • Realizar comidas cada 4 horas.
  • Evitar el consumo de café, tabaco y alcohol, debido a que estos productos causan la deshidratación salival y, por tanto, vaporización de gases de mal olor.
  • Evitar respirar por la boca.
  • Beber mucha agua, previniendo así la sequedad de la boca, en la que hay una gran cantidad de bacterias.
  • Usar sprays bucales o chicles, que siempre sacan de un apuro porque se llevan fácilmente y tienen resultados instantáneos. No disminuye el mal aliento por completo, pero puede ayudar a evitar situaciones incómodas.
  • Cepillarse los dientes después de cada comida, cuidar la higiene de la lengua y utilizar hilo dental. Hay estudios que confirman que aquellas personas que no utilizan un limpiador de lengua y/o hilo dental tienen peor mal aliento que las personas que sí lo utilizan.

Otros remedios naturales

Es cierto que los remedios naturales no hacen efecto en todas las personas y se necesita hacer un diagnóstico individual para saber el origen de la halitosis, pero sí que hay algunos alimentos que estimulan la formación de saliva permitiendo así la disminución del mal aliento.

Algunos remedios naturales eficaces, aunque de corta duración, son:

  • Algunos tipos de té, como el té verde o el ginseng rojo coreano. Tienen antimicrobianos naturales con capacidad de anular bacterias de la boca.
  • Alimentos como lentejas, judías o tomate, que tienen polifenoles.
  • Vegetales como espárragos, lechuga o berenjena.
  • Anís.
  • Perejil.
  • Champiñones.

Muchos de los beneficios de este tipo de alimentos no están probados de forma científica, por lo que tampoco es bueno creer en soluciones milagrosas. Se debe tener cuidado y no dejar que la ansiedad que provoca este problema nos domine.

Es muy importante dar a conocer el principio que dice que si no se conoce el origen del mal aliento, lo primero que se debe hacer es buscar un diagnóstico y después un tratamiento o qué elementos van a utilizarse para solucionarlo.

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Cómo enseñar higiene bucal en la infancia

La formación de caries y de otras enfermedades es debida a la insuficiente atención que se le da a la salud bucodental y a las pocas medidas que se toman para cuidarla. Por ello, enseñar higiene bucal en la infancia fomentará el interés de los niños por su salud bucodental.

Importancia de la salud bucodental

Es importante que la higiene bucal empiece antes de que se dejen ver los primeros dientes. Los padres deben establecer hábitos de higiene lo más pronto posible, consiguiendo así que el niño se adapte y sepa valorar el cuidado de su boca y dentadura.

Al principio, los cuidados son tan básicos como intentar limpiar la encía y los primeros dientes con un cepillo especial para bebés. Además, se debe garantizar que el bebé toma la cantidad de flúor necesaria y que su médico le inspeccione la boca de forma frecuente.

Existen varias enfermedades dentales que pueden perjudicar a los niños, pero las más comunes son las caries. Éstas se manifiestan cuando los ácidos que originan los gérmenes que se almacenan en la boca deterioran el esmalte de la dentadura.

Según estudios científicos, 7 de cada 10 niños han tenido o tienen alguna caries y es una cifra alarmante, lo cual hace necesario que se tomen más medidas para evitarlas.

Si no se evitan las caries y tampoco se les pone un tratamiento a tiempo, van a ocasionar dolor e incluso infecciones, además de poder provocar la pérdida de los dientes. Si las caries se dan en los dientes de leche y no se les aplica un tratamiento pronto, es posible que perjudiquen el desarrollo de los dientes definitivos.

Por ello, se debe enseñar a los niños lo importante que es la higiene bucodental desde edades muy tempranas, de esta forma lo introducen en su rutina diaria y aprenderán a cuidar su dentadura desde la infancia.

Cómo enseñar higiene bucal

Se debe enseñar a los niños a cepillarse los dientes y también ayudarles a hacerlo hasta que puedan ellos solos. Hay que facilitarles ejemplos, por lo cual es recomendable cepillarse los dientes con ellos en los primeros años. Asimismo, hay más puntos de la higiene bucal que se deben atender.

Higiene bucal en los primeros meses del bebé

Algunos padres no dan importancia a limpiar la boca del bebé hasta que salen los primeros dientes. Pero esto es un gran error, debido a que el cuidado de la boca tiene que empezar antes de que salgan los dientes.

A lo largo de los 12 primeros meses del bebé, debe realizarse la limpieza de las encías dándole un masaje suave con el dedo. Para que resulte más cómodo, el masaje puede hacerse utilizando un paño y sólo debe utilizarse agua. En el momento en que salga el primer diente, se utiliza un cepillo de dientes específico para bebés.

A partir de esa edad los niños empiezan a acostumbrarse a realizar la limpieza de sus dientes. Desde los 12 meses, debe realizarse el cepillado de dientes 2 veces al día, solo con agua. Después, es posible añadir una pequeña cantidad de pasta de dientes.

Hacer que cepillarse los dientes sea un juego

Es cierto que algunos niños soportan menos el cepillado de dientes. Es posible hacer que la labor de enseñarles a realizar el cepillado sea más fácil si se hace jugando.

Una forma de juego puede ser, por ejemplo, decirle que el cepillo de dientes le va a ayudar a encontrar en su boca un tesoro escondido. De esta forma se le animará a examinar todos sus dientes mientras se los cepilla y limpia.

Otra forma de juego sería lavarse los dientes delante de ellos, ya que siempre van a querer imitarte. También es bueno que puedan elegir su cepillo de dientes y permitirles que se laven los dientes solos si les apetece, aunque cuando acaben, se debe repetir el proceso para quitar toda la placa que aún esté acumulada.

Indicar la cantidad correcta de pasta de dientes

La pasta de dientes recomendada para los niños tiene que llevar flúor. Cuando sale el primer diente, se debe preguntar a su médico si hay que empezar a cepillarle con pasta dental. Al cumplir los 2 años, es imprescindible el uso de la pasta de dientes con flúor, aunque se recomienda utilizar poca cantidad.

Al llegar a los 3 años, la cantidad se incrementa un poco. Asimismo, se le debe enseñar a no tragarse la pasta de dientes para prevenir el consumo de flúor en una cantidad elevada.

Técnica de cepillado de dientes

Se debe enseñar a los niños la mejor técnica para cepillarse los dientes. Independientemente del movimiento, se debe dar importancia a que engloben toda la boca y limpien todos los dientes durante el tiempo necesario. Además, se debe realizar la limpieza tanto en la cara exterior como la interior del diente.

Es normal que los niños se centren en la limpieza de los dientes delanteros ya que son los más fáciles de limpiar, por lo que debes ayudarle a limpiar el resto de la boca y también la lengua. Por ello, se recomienda que se les acompañe en el cepillado de dientes al menos hasta que cumplan 6 años.

Asistencia al dentista

Se recomienda que la primera visita al dentista sea antes de que el niño cumpla 3 años, para que examine su salud bucodental.

El médico del niño recomendará la asistencia a la consulta del dentista cuando observe la existencia de algún problema en el desarrollo de la dentadura. Asimismo, si surge algún problema o se rompe un diente, por ejemplo, lo mejor es acudir rápidamente al dentista para buscar una solución.

Recomendaciones

Para prevenir la aparición de caries y cuidar los dientes de forma adecuada, se recomienda:

  • Usar enjuague bucal con flúor e hilo dental, para complementar la higiene.
  • Evitar el exceso de azúcar.
  • Ofrecer en la merienda frutas, verduras y leche.
  • Cepillar la lengua correctamente.
  • Consultar al dentista para saber si toma la cantidad correcta de flúor.
  • Elegir el cepillo de dientes más idóneo para el niño.
  • Cepillar los dientes justo antes de dormir, cuando el niño toma leche por la noche.

Para finalizar, nunca deben olvidarse las visitas periódicas al dentista, ya que dará consejos sobre el cuidado de los dientes y es importante para que los niños se acostumbren a asistir a la consulta y no lo relacionen con algo negativo.

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Malos hábitos que dañan los dientes

Independientemente de la apariencia estética, el cuidado correcto de nuestra boca es algo totalmente necesario ya que, además de tener una bonita sonrisa, el mantenimiento de la salud dental nos permite que disfrutemos de un buen y adecuado funcionamiento de los dientes.

Debido a esto, es conveniente tener en cuenta algunos de los malos hábitos que existen en nuestra vida diaria porque, sin darnos cuenta, dañan nuestra dentadura.

¿Cuáles son estos malos hábitos?

Utilizar los dientes como herramienta

Seguramente todos habremos hecho esto alguna vez, pero abrir plásticos o quitar tapones de botellas con la boca es muy dañino para los dientes. Es posible que provoquemos fracturas y, además, haremos que se desgasten.

Pasa lo mismo cuando utilizamos los dientes para cortar hilos o cinta adhesiva, lo mejor es coger unas tijeras. Asimismo, se debe tener en cuenta que, cuando somos adultos, los bordes de los dientes están desgastados y, por ello, es más sencillo que se dañen.

Morder o masticar cosas duras

Hábitos como morder un bolígrafo o intentar partir una nuez con la boca, pueden ocasionar desgaste en los dientes y, además, crear fracturas y/o fisuras dentales.

Masticar hielo

Este es un hábito muy frecuente que se realiza al terminar una bebida o simplemente para refrescarnos la boca. Aunque no lo parezca, debes saber que esta acción puede ocasionar fracturas en tus dientes. El hielo es muy duro, tanto que se necesitan picadoras con hojas especiales para poder picarlo.

Morderse las uñas

Además de ser antihigiénico, al hacerlo puedes dañar la articulación de tu mandíbula. La probabilidad de tener bruxismo aumenta cuando la persona se muerde las uñas. Cuando se rechinan los dientes, es necesario hacer revisiones para prevenir daños en los dientes.

Chupar limón u otros cítricos

Hay personas que no lo soportan, pero a otras les encanta. Es importante saber que la acidez de frutos como el limón, la lima o el pomelo es muy corrosiva para el esmalte dental. Esto hace que aparezcan caries y sensibilidad dental.
Si queremos seguir disfrutando del zumo de estos frutos con vitamina C, lo recomendable es lavarse la boca después de tomarlos y esperar unos 30 minutos para cepillarse los dientes.

Comer caramelos

Uno de los motivos principales del desgaste de los dientes es el azúcar, aunque existes algunos más. Hay caramelos que son muy pegajosos y se unen a la superficie del diente, se mezclan con las bacterias y así aumentan la aparición de caries. Por eso, después de comerse un caramelo hay que cepillarse los dientes correctamente.

Beber muchos refrescos

Las bebidas carbonatadas o gaseosas tienen cantidades elevadas de azúcar. Asimismo, son muy ácidas, con lo cual tomar las variantes “sin azúcar” tampoco es una buena idea.

Este tipo de bebidas deterioran mucho el esmalte, por lo que se deben tomar moderadamente. Si queremos que nuestros dientes sufran menos daños, es recomendable tomarlas con pajita.

Comer hidratos de carbono refinados

La pasta, galletas o el pan tienen azúcar, por ello atacan a los dientes de la misma forma que los caramelos. El alimento de las bacterias es el azúcar que contienen esos productos, ocasionando así daños en los dientes y deteriorando el esmalte. Por ello, tras comerlos, hay que esperar unos 30 minutos y después cepillarse los dientes.

Cepillar los dientes justo después de comer

Se recomienda dejar que pase algo de tiempo antes de cepillar los dientes, ya que si se hace de forma inmediata tras las comidas pueden provocarse daños en el esmalte. Asimismo, se debe evitar el cepillado antes de tomar productos ácidos, porque se eliminaría la saliva que debe proteger a nuestros dientes de ese ácido.

Utilizar pasta de dientes incorrecta

Elegir bien la pasta de dientes es muy importante. Hay algunas pastas que son muy abrasivas y pueden deteriorar el esmalte. También se debe tener en cuenta la elección de una pasta de dientes con flúor, debido a que es un elemento esencial para controlar todas las bacterias que el cepillo de dientes no ha sido capaz de eliminar.

Cepillarse los dientes de forma inadecuada

No es fácil lavarse bien los dientes, ya que no es suficiente con echar pasta de dientes y mover el cepillo a los lados. Para hacerlo adecuadamente, el cepillado debe realizarse con movimientos circulares, debido a que los horizontales deterioran el esmalte.

En relación a los cepillos de dientes, se deben tomar precauciones con los de cerdas muy duras. Los cepillos con cerdas suaves también limpian bien y ayudan en la prevención de irritaciones en las encías o evitar el aumento de sensibilidad dental.

Además, cepillarse con mucha fuerza es un mal hábito, porque se daña el esmalte, hace que se retraiga la encía y se aumenta la sensibilidad.

Uso de palillos

Es posible que este elemento dañe nuestros dientes y encías y, por tanto, perjudique nuestra salud bucodental. Por ello, lo mejor es utilizar hilo dental o cepillos interproximales.

Fumar

Es uno de los motivos principales por los que no solo se perjudican nuestros dientes, sino nuestra salud en general.

El tabaco tiene nicotina, lo cual provoca la aparición de manchas en los dientes y el esmalte se vuelve más oscuro. También puede causar enfermedades graves en las encías como precedente de la pérdida de piezas dentales, y afectar al aliento y al gusto.

Beber vino

Al tener acidez, el vino también daña el esmalte. Otro problema son sus pigmentos, los cuales provocan la aparición de manchas en nuestros dientes. Por ello, es importante cepillarse los dientes después de tomar vino.

El vino blanco, aunque menos que otros, también daña al esmalte.

Tomar café

El café mancha los dientes y hace que queden amarillentos, debido a las características que tiene. También causa deterioros en el esmalte, por lo que se recomienda lavarse los dientes después de tomarlo.

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Pasta de dientes, ¿cuántos tipos hay?

Todo el mundo sabe que existen numerosos tipos de pastas de dientes y que cada uno tiene una función específica, dependiendo de lo que necesiten nuestros dientes. Es posible que algunas personas piensen que todo esto es sólo un invento de las marcas de pastas de dientes, pero la realidad es que todas han sido estudiadas para proteger los déficits dentales que tenga cada persona.

Es difícil saber qué pasta de dientes es la mejor, por lo que se recomienda acudir a un profesional para que nos indique cuál es la mejor pasta que podemos usar en función de nuestras necesidades dentales.

La elección de una buena pasta de dientes puede ayudarnos a combatir y evitar algunos problemas como el sarro, las caries, la gingivitis, favorecer el blanqueamiento o la eliminación de la sensibilidad dental, por ejemplo.

Tipos de pastas de dientes

Anticaries

Son la mayoría y se trata de las mejores pastas de dientes con flúor, ideales para luchar contra las caries. El flúor es un mineral que fomenta la reducción de la sensibilidad en los dientes. Además, ayuda a combatir la placa bacteriana, aunque su misión principal no es ésta.

Antiplaca

Es una pasta de dientes que previene la formación de placa bacteriana. Se trata una de las mejores para proteger las encías y evitar la aparición de caries. Normalmente tienen aceites esenciales, aunque en la actualidad se les está incorporando clorhexidina.

Antisarro

La pasta de dientes idónea para prevenir el sarro es la que tiene añadidas sales de zinc. Este tipo de sales evitan que se forme placa bacteriana en nuestra dentadura.

Hipersensibilidad dental

No existe ningún tipo de pasta de dientes para la sensibilidad dental que la solucione al empezar a utilizarla. Lo que sí pueden hacer es ayudar en la recuperación de los dientes, cubriendo los poros que se originan en la dentina, ya que por culpa de esos poros se provoca dolor en los dientes al tomar alimentos muy fríos, muy calientes o demasiado azucarados.

Enfermedades periodontales

La pasta de dientes más adecuada para este tipo de problemas debe ser recetada por el dentista, aunque puede comprarse sin problemas cuando existe sangrado o inflamación en las encías.

En su composición incluyen elementos como triclosán y clorhexidina, los cuales son beneficiosos debido a su acción antiinflamatoria. Aun así, se debe tener cuidado porque la pasta de dientes que se utiliza en la gingivitis puede tener algún efecto secundario.

Blanqueante

La pasta de diente blanqueadora es la más solicitada por todas las personas, debido a que todos quieren tener una sonrisa perfecta sin asistir a la consulta del dentista.

Se trata de un tipo de pasta de dientes que fomentan la protección y el mantenimiento del blanqueamiento dental que se hace en la consulta. Por ello, esta pasta de dientes no hace milagros sino que, para que tenga un efecto beneficioso, primero ha tenido que realizarse un blanqueamiento y al usar esta pasta se conseguirá mantener los dientes sin ninguna mancha.

Este tipo de pastas suelen estar compuestas con bicarbonato sódico y peróxido de carbamida.

Fusión de pastas de dientes

Se trata de aquellas pastas de dientes conocidas como “pro expert”, “triple protección” o “triple acción”, por ejemplo. Están compuestas por distintos elementos que ayudan en la protección de las encías, en la prevención de caries, de placa bacteriana o en el mantenimiento del blanqueamiento de los dientes.

En el mercado hay gran variedad de pastas dentales que cubren todo lo que la persona necesita, en función de los problemas que se tengan en la dentadura.

Se recomienda que ante la presencia de dolores o problemas en la dentadura, se acuda a un profesional para que nos revise la boca y pueda indicarnos cuál es el tipo de pasta dental que necesitamos para mejorar nuestra salud bucodental.

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Ansiedad al dentista, ¿cómo superarlo?

Aunque no lo parezca, tener miedo al dentista es algo muy frecuente. Este es el motivo por el que muchas personas no van al dentista normalmente, por lo que la salud bucodental puede verse en riesgo y, por ello, es importante aprender a superar esa ansiedad.

Origen

Existen diferentes motivos por los que aparece esta ansiedad al dentista. Habitualmente se relaciona con malas experiencias que se han tenido anteriormente. Además, se relaciona también con la incomodidad generada por la primera dentición.

Otros de los motivos por los que se produce esta ansiedad pueden ser, por ejemplo, tener objetos dentro de la boca o sufrir dolor por algún error que pueda tener el dentista. Asimismo, también afecta el precio de los tratamientos que tienen que realizarse y el miedo a no poder pagarlos.

Además, existen estudios que confirman que los padres transmiten el miedo a sus hijos, por lo que puede considerarse como algo hereditario. Debido a esto, el papel de los padres es muy importante para mediar de forma favorable en el control del contagio del miedo al dentista.

Relación dentista-paciente

Para mantener nuestra salud bucodental, se debe asistir al dentista de forma frecuente. Aun así, existen personas que pueden estar años sin ir al dentista por la ansiedad que éste les genera. A pesar de esto, se debe comprender que las revisiones periódicas favorecen la prevención de otros problemas más graves que puedan aparecer en el futuro.

Si no sabes cómo superar la ansiedad al dentista, es posible que el secreto esté en el dentista en sí. Es importante encontrar a una persona que nos dé confianza, que nos informe sobre todos los tratamientos necesarios, cómo trabaja y, por supuesto, que nos ayude a estar tranquilos y relajados.

Es necesario saber que el dentista no quiere ocasionarnos dolor de forma intencionada. Además, los tratamientos y la tecnología que se utiliza en la actualidad están muy avanzadas y, por ello, podremos estar más tranquilos y cómodos en la consulta. Asimismo, existen algunos dentistas que están especializados en el trabajo con personas que sufren ansiedad ante ellos.

Si se tiene este problema, es bueno contárselo al dentista antes de asistir a la consulta ya que, de esta forma, se le mantiene informado de lo que ocurre y podrá actuar en función del problema. Será el propio dentista quien dará unas recomendaciones e intentará disminuir la ansiedad.

Si fuese necesario, también es bueno acudir a varios dentistas y solicitar a tus personas más cercanas que te recomienden alguno para así encontrar un dentista que de verdad te transmita confianza. Lo mejor es elegir a una persona que sea amable y con la que sea fácil hablar. Además, infórmate si han acudido a su consulta otras personas con el mismo problema y así podrás solucionar todas las dudas que tengas.

La consulta: cómo prepararse para ir

Una vez se encuentra al dentista idóneo, no es necesario ir a la consulta la primera vez sino que es mejor conocerlo y explicarle cuál es la situación.

También debe tenerse en cuenta la importancia que tiene la salud bucodental y la necesidad de realizar este tipo de tratamientos, ya que si no se mantiene esta salud bucodental se tendrán otros problemas aún más graves como, por ejemplo, infecciones o pérdida de dientes.

Hay que localizar el motivo de la ansiedad y hablarlo con el dentista. De esta forma, esta persona podrá buscar soluciones en base a los problemas que se le plantean. En la primera consulta lo normal es hacer una simple revisión o una limpieza, así que no es momento de preocuparse por los tratamientos más complejos.

Además, es bueno encontrar alguna forma de relajarse para evitar la ansiedad antes o durante la consulta, por ejemplo pasear, ir por la mañana a la consulta o escuchar música durante la visita al dentista. Asimismo, el profesional normalmente dará recomendaciones sobre qué se puede hacer las horas antes de la consulta para reducir esa ansiedad.

¿Cómo superar la ansiedad?

Es muy importante prepararse antes de acudir al dentista, por lo que antes deben seguirse algunas recomendaciones y prestar atención a algunas cosas antes de la consulta:

  • Visitar la consulta antes de pedir la hora de la cita. De esta forma, se tiene la posibilidad de conocer al dentista que nos va a atender y poder explicarle tus miedos.
  • Buscar a un profesional comprensivo y que sea capaz de explicar si puede realizarse un tratamiento con sedación dental. Debe ser una persona que aporte gran confianza, debido a que es lo más importante para las personas con ansiedad porque puede haber sido producida por una mala experiencia anterior.
  • Habitualmente, la primera consulta es una revisión y no duele, así que no hay que preocuparse por si nos operan. Asimismo, se puede comenzar con un blanqueamiento o con una limpieza bucal, y más adelante atreverse con otros tratamientos más complejos, en función de las necesidades que se tengan.
  • La tecnología está muy avanzada, por lo que la mayoría de los tratamientos ya no provocan dolor y siempre existe la posibilidad de la sedación bucal.
  • Cuando el motivo de la ansiedad es tener objetos en la boca, hay que enfrentarse antes a ello. En casa, se pueden hacer prácticas sujetando una cuchara con la boca durante unos minutos al día. Así, cuando acudas a la consulta será menos extraño tener algo dentro de la boca.

Recomendaciones

  • Lleva a la consulta a otra persona como acompañante. Al dentista no le va a importar y te relajará.
  • Pacta con el dentista una señal que indique pausa o dolor. Así sentirás que tienes el control sobre la situación y te podrás calmar un poco. Además, evitarás moverte de forma brusca y no os pondréis en peligro ninguno de los dos.
  • Escucha música que te tranquilice durante la consulta.
  • Llega con la hora justa o sólo unos minutos antes, para evitar que aparezca la ansiedad por la espera. Si tienes que esperar, distráete leyendo o hablando con alguien.
  • Pide al dentista que te explique lo que va haciendo mientras trabaja. Es posible que escuchar su voz te relaje, además de saber en todo momento lo que hace.
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Aftas bucales: tipos, síntomas y tratamiento

Las aftas son heridas o úlceras, que tienen forma redonda u ovalada, con un borde rojo y un centro blanco o amarillo. Se producen dentro de la boca, es decir, en el interior de las mejillas o labios, encima o debajo de la lengua, en el paladar blando o en la base de las encías. Además, puede que aparezca sensación de hormigueo o ardor en la zona un par de días antes de que se manifiesten las aftas.

Síntomas y causas

Existen una serie de síntomas que pueden indicarnos que tenemos o vamos a tener una afta, como son:

  • Dolor.
  • Heridas blanquecinas en el interior de la boca.
  • Fiebre y malestar general (solo en casos graves).

Las causas más frecuentes en la aparición de aftas son:

  • Mecánicas, es decir, por mordiscos de forma involuntaria, por una restauración en un diente que nos roce, por una limpieza dental muy intensa…
  • Alergias alimentarias.
  • Infecciones víricas, producidas por algún patógeno distinto al herpes virus.
  • Factores hereditarios.
  • Utilización de algunos fármacos.
  • Cambios hormonales.
  • Estrés.
  • Déficit de algunas vitaminas y minerales.

Tipos de aftas

Hay varios tipos de aftas bucales, entre ellas se encuentran:

Aftas menores

Son las más comunes. Normalmente tienen un tamaño bastante pequeño y forma ovalada con un borde rojo. Tardan entre 1 y 2 semanas en curarse y no dejan cicatrices.

Aftas mayores

Son menos comunes. Se trata de aftas más grandes y profundas. En la mayoría de ocasiones su forma es redonda y con bordes definidos, aunque a veces, si son muy grandes, pueden tener los bordes irregulares. Es posible que provoquen un dolor muy intenso. Tardan hasta 6 semanas en curarse y es posible que dejen cicatrices grandes.

Aftas herpetiformes

Este tipo de aftas son las menos comunes y aparecen en personas de avanzada edad, aunque no las produce ninguna infección por el virus del herpes. Tienen el tamaño de la cabeza de un alfiler, con bordes irregulares. Normalmente se producen en grupos de 10 a 100 aftas, aunque no pueden unirse y crear una úlcera mayor. Tardan entre 1 y 2 semanas en curarse y no dejan cicatrices.

Aftas en niños

En los niños, las aftas aparecen de forma ocasional. Suelen aparecer cuando existe alguna infección vírica. Por ello, el tratamiento recomendado debe ser para los síntomas que aparezcan como:

  • Dolor. Para calmarlo se utilizan analgésicos. Si el dolor es leve, se indica paracetamol o ibuprofeno, y si es intenso se indica metamizol.
  • Llagas. Se utiliza un tratamiento tópico local para eliminarlas. El tratamiento debe ser ácido hialurónico o anestésicos, si las llagas son más graves.
  • Dieta. Debe evitarse tomar alimentos duros, calientes, picantes, ácidos y salados, es decir, se recomienda dieta blanda.
  • Vómitos o diarrea. Se recomienda la ingesta abundante de líquidos, que aporten sales minerales y azúcares.

Cómo prevenir las aftas

Para prevenir la aparición de aftas bucales, se necesita:

  • Tener una higiene bucal adecuada.
  • Evitar el consumo de bebidas calientes y alimentos picantes.
  • Identificar y evitar aquellos alimentos que nos afectan personalmente en la aparición de aftas.

Tratamiento

De forma tradicional, se usaban enjuagues bucales con azul de metileno, bicarbonato sódico, antisépticos orales, corticoides y antiinflamatorios. Aunque todos son eficaces, también son algo agresivos.

En la actualidad, se utilizan preparados con ácido hialurónico. Se trata de una sustancia que hay presente en las encías de forma natural y ha demostrado que es más eficaz que los tratamientos tradicionales, debido a que:

  • Crea una barrera protectora encima de la mucosa, por lo que evita el contacto entre la úlcera y las bebidas y/o alimentos y, de esta forma, el dolor se neutraliza.
  • Por su acción antiedematosa, reduce la inflamación y el dolor.
  • No es tóxico y tampoco duele al ponerlo, lo que es una ventaja para utilizarlo con niños.
  • Evita la aparición de úlceras nuevas.
  • Estimula la cicatricación y, por tanto, la curación natural.

En cuanto a tratamientos caseros, el agua con sal puede ayudar en la curación del afta. También favorece la curación aplicar una dilución a partes iguales de agua oxigenada y agua con un bastoncillo de algodón.

Cuándo se debe acudir al médico

Normalmente, se recomienda acudir al médico cuando:

  • El tamaño de las aftas es demasiado grande.
  • Las aftas aparecen de forma reiterada, es decir, cuando se curan se producen otras nuevas inmediatamente.
  • Las aftas son permanentes (tras dos o más semanas, aún siguen estando).
  • El dolor es tan intenso que no se puede controlar con el cuidado personal habitual.
  • Las aftas se expanden hacia los labios.
  • Es muy difícil beber o comer.
  • Aparece fiebre alta.
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Cepillo de dientes: ¿manual o eléctrico?

Es muy importante estar informado sobre los cepillos de dientes, lo que deben tener para cuidar la salud, cómo utilizarlos, los beneficios de los cepillos eléctricos y las características de los cepillos para niños.

Hace tiempo, la mayoría de las personas utilizaba los cepillos manuales para cepillarse los dientes pero, en la actualidad, cada vez es más común el uso del cepillo eléctrico tanto en niños como en adultos. En relación a esto, surge una duda: ¿cuál es mejor?.

Buen cepillado de los dientes

Los cepillos dentales tienen unos objetivos principales:

  • Quitar de forma correcta la placa dental que hay sobre el borde de las encías.
  • Retrasar la creación de cálculo.
  • Reducir el riesgo de caries.
  • Colaborar en el buen aliento.

Actualmente, hay muchas formas, tamaños y formatos de cepillos de dientes, y se eligen en función del tipo de dentadura, la capacidad y habilidad manual de la persona, si tiene ortodoncia o prótesis, ya sea fija o removible, enfermedades periodontales, y dientes con una colocación incorrecta.

Las recomendaciones sobre lo que debe tener el cepillo dental, en el momento de cepillarse los dientes, son:

  • Cerdas artificiales de nylon, con puntas redondeadas (para reducir las lesiones gingivales).
  • Dureza media o suave.
  • Cabezal adaptado al tamaño de los dientes. Es mejor un cabezal pequeño para que el acceso a la superficie de los dientes sea más sencillo.
  • Mango con la suficiente longitud y anchura para poder utilizarlo de forma segura.

Cepillos de dientes para bebés y niños

Para los bebés, el cepillo de dientes debe ser suave y de silicona. Tener una higiene adecuada, antes de que salgan los primeros dientes, previene la aparición de enfermedades en las encías y de caries en los primeros dientes.

Los cepillos que se recomiendan para los niños, deben tener una cabeza pequeña, cerdas suaves y mangos largos, anchos y antideslizantes. Para llamar su atención, hay cepillos con figuras en los mangos, colores diferentes e incluso música.

¿Qué ocurre con los cepillos eléctricos?

Este tipo de cepillos están recomendados para:

  • Niños pequeños.
  • Personas de avanzada edad.
  • Personas con poca o sin habilidad manual.
  • Personas hospitalizadas o incapacitadas.
  • Personas con aparatos.

Algunas de las características de los cepillos eléctricos son:

  • Efectividad muy parecida a los cepillos manuales.
  • Sustituyen la fuerza muscular por la eléctrica.
  • Tienen varios movimientos (circulares, vaivén, elípticos o combinados).
  • Tienen un cerdamen pequeño, cerdas medias o blandas y de multipenachos.
  • Posibilitan acceder a zonas más difíciles cuando se utilizan correctamente, por ejemplo a zonas distales de los últimos molares.

La ventaja más importante de algunos cepillos eléctricos es que, al cepillar los dientes, es posible disminuir aún más la placa bacteriana, la cual es responsable de provocar gingivitis y caries. Además, con la utilización del cepillo eléctrico se reduce el riesgo de abrasión de las piezas dentales, debido a que tienen un mecanismo de control de la presión que disminuyen la erosión de la superficie dental.

Si el cepillado manual no se realiza correctamente, aplicando mucha presión en los dientes, es posible que se deteriore el esmalte dental. Se ha constatado que aquellas personas que utilizan cepillo eléctrico están de un 20 a un 40% más de tiempo cepillándose los dientes que las personas que utilizan el cepillo manual.

En relación a cuál es el mejor cepillo eléctrico, hay estudios científicos que dicen que los más eficaces son los que poseen un mecanismo oscilante-rotatorio.

Aun así, es cierto que hay algunas ocasiones en las que es posible que lo más adecuado sea usar un cepillo de dientes manual. Por ejemplo, tras una cirugía, cuando hay una zona dolorida o cuando hay puntos de sutura. En esas ocasiones, lo recomendado es utilizar un cepillo manual con cerdas ultra suaves, que posibilita un cepillado más delicado, pudiendo controlar mejor la velocidad y el cuidado que se tiene para limpiar la zona afectada.

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¿Qué es el bruxismo y cuál es su tratamiento?

El bruxismo es una enfermedad en la que la persona aprieta la mandíbula inconscientemente e incluso rechina los dientes. Normalmente se produce mientras dormimos y ocasiona diferentes problemas como pueden ser dolor muscular, cefaleas o desgaste dental.

Causas que producen el bruxismo

  • Trastornos en la boca. Algunos problemas que pueden llevar a la aparición del bruxismo son la rotura de un diente que roza con otro, la falta de alguna pieza dental que ocasiona el movimiento del resto o una mordida que no encaja bien. Para solucionarlo, lo recomendable es asistir al dentista para que localice las alteraciones y se aplique el tratamiento más idóneo.
  • Trastornos del sueño. Al afectar la calidad del sueño, es posible que se genere tensión en la mandíbula.
  • Ansiedad o estrés. Es la más común. Tras enfrentarnos a diferentes situaciones que nos generan ansiedad, las acumulamos durante el día hasta que lelga la noche y puede producir que tengamos tensión en la mandíbula y, por tanto, fricción. Es difícil eliminar los factores estresantes, pero se pueden aprender a manejar.
  • Alcohol, cafeína y tabaco. Existen estudios que afirman que el consumo habitual de alcohol, cafeína y tabaco aumentan la probabilidad de tener bruxismo el doble que si no se consumiesen.

¿A quién afecta?

En general, afecta a ambos sexos y a cualquier edad, aunque es más frecuente su aparición desde los 15 a los 25 años. Lo normal es que desaparezca solo, pero es posible que se cronifique y, por tanto, se desgasten los dientes. Asimismo, también es posible que ocasione trastornos del sueño.

Dependiendo de la forma de presionar los dientes, el bruxismo puede ser:

  • Céntrico. Los dientes se aprietan en un punto específico, con muy poco movimiento a los lados, de forma que lo más afectado es el cuello de los dientes, sobre todo los premolares.
  • Excéntrico. Hay un movimiento oblicuo en el que se frotan los dientes, hacia delante y hacia atrás, de forma que se produce el desgaste del esmalte dental. Las piezas dentales que más se afectan son los incisivos.

Es posible que ocurra durante el día, inconscientemente y cuando hay estrés; o también por la noche durante el sueño, en la 2ª y 3ª etapa de la fase no REM. Los episodios de bruxismo durante la noche pueden ser de 15 a 40 minutos en total, en una fase de descanso de 8 horas.

¿Cómo evitarlo?

Al ser un trastorno inconsciente, la persona que lo tiene no lo hace intencionalmente. Para evitarlo, lo primero que necesitamos es localizar las causas que lo provocan, las cuales pueden ser trastornos del sueño, ansiedad, estrés, mordida anormal, falta de dientes… Si se averigua la causa, podemos hacer que desaparezca el bruxismo.

Mientras conseguimos eliminar la causa, lo ideal es buscar remedios para que el problema no se agrave. Si se trata de bruxismo diurno, se debe intentar conscientemente no apretar los dientes y tampoco hacer que rechinen. Cuando no se consigue, puede usarse una férula de descarga para evitarlo.

Si el bruxismo es nocturno, controlarlo de forma consciente va a ser más difícil. Para eso, se recomienda utilizar férulas de descarga que impidan el roce de los dientes, los ruidos o la erosión de estos.

Síntomas del bruxismo

En el bruxismo, la persona aprieta los dientes sobre los tejidos, músculos y otras estructuras que hay en la mandíbula. Hay muchos síntomas que se relacionan con esta patología, como pueden ser:

  • Sensibilidad en músculos y dientes. Sobre todo por la mañana. Es común que exista sensibilidad a la temperatura de los alimentos y las bebidas, o también al masticar, cuando hay algún deterioro en los dientes.
  • Dolor en los dientes, mandíbula, cuello y cabeza. Al ejercer presión en la zona, se produce tensión en las zonas de alrededor, lo cual ocasiona dolor e inflamación. A veces, el dolor puede llegar hasta los oídos.
  • Cambios en la mordida. Es habitual que, cuando se ejerce una presión de forma continuada en la mandíbula, se modifique la mordida que tenemos originariamente.
  • Fractura o desgaste dental o en el esmalte. Si se aprieta continuamente en una misma zona, los dientes que ahí se encuentren van a debilitarse y, por tanto, se van originar lesiones con unas consecuencias más graves.
  • Problemas cervicales. Como consecuencia de una fuerte presión en la mandíbula, es posible que se produzcan contracturas cervicales por la cercanía que existe entre ambas estructuras y, por tanto, aparezcan vértigos o mareos.
  • Insomnio. La calidad del sueño se puede ver perjudicada, desde no ser la apropiada hasta ser muy mala, debido a la presión o tensión que hay en la mandíbula.

Consecuencias del bruxismo

Es cierto que algunas personas no muestran síntomas, pero esta patología puede provocar:

  • Dolores de cabeza
  • Ansiedad
  • Tensión
  • Problemas en la articulación temporomandibular
  • Insomnio
  • Sensibilidad dental a los alimentos dulces, al calor y al frío

Tratamiento

El tratamiento del bruxismo se fundamenta en prevenir el movimiento anormal de los dientes para así detener el desgaste del esmalte y posibilitar que se recupere, además de hacer frente aquellas causas físicas o psicológicas que hayan podido o puedan originarlo.

Cuando el daño en el esmalte es obvio y hay bruxismo nocturno, lo más recomendado es utilizar una férula de descarga. La férula es una prótesis que se ajusta a la dentadura de la persona, se pone por la noche y evita que se rechinen los dientes y se deteriore el esmalte. La utilización de la férula impide que se frene el deterioro de los dientes, aunque no limitan el movimiento de la dentadura.

Si existe ansiedad que provoque bruxismo, lo más importante es que la persona busque diferentes formas de afrontarla como técnicas de relajación, masajes en la zona mandibular, higiene del sueño adecuada e incluso, si fuese necesario, utilización de fármacos ansiolíticos, hipnóticos o relajantes musculares.

Lo mejor es asistir al dentista cuando existen creencias de que se padece bruxismo, para así impedir que el problema se agrave y encontrar la solución más adecuada.

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Sarro dental, cómo prevenirlo y eliminarlo

El sarro dental es la placa bacteriana que se endurece en las encías, mayormente en la parte inferior de la boca. Se produce por la acumulación de minerales encima de la placa bacteriana. La zona más frecuente de aparición de sarro es el borde de las encías. El sarro se incorpora a la placa bacteriana, haciendo posible que aparezcan otros problemas más graves como pueden ser caries, gingivitis o algunos problemas digestivos.

No solo es un problema para la salud de nuestros dientes, sino que el sarro también ocasiona problemas estéticos. Absorbe las manchas con mucha facilidad ya que es poroso, por ello los alimentos o bebidas con colorantes siempre van a dejar marcas en la base de los dientes y, debido a esto, es muy importante impedir la creación de sarro en nuestra dentadura.

Prevención de la formación de sarro

El sarro dental es una acumulación de minerales que puede verse si se encuentra encima de las encías. Si queremos saber si tenemos sarro, lo que debemos hacer es examinar la base de nuestros dientes para ver si están de color entre amarillento y marrón.

Es necesario, para disminuir la formación de sarro, cepillarse los dientes de forma adecuada al menos 2 veces al día, prestando una mayor atención a la zona de las encías y entre los dientes. Además, hay pastas de dientes específicas para el control de la formación de sarro dental y también hay que completar la limpieza con el uso de enjuague bucal e hilo dental una vez al día.

Cuando el sarro se asienta en la boca, solo se puede eliminar en la consulta del dentista, ya que éste realizará una limpieza bucal en profundidad utilizando el raspado radicular.

Eliminar el sarro dental de forma casera

Además de la limpieza dental cada día, existen algunos productos alimentarios que ayudan en la eliminación del sarro está empezando. Aun así, siempre es importante visitar al dentista una vez al año para una limpieza completa en la que se elimine el sarro dental.

Uno de los alimentos idóneos para quitar la suciedad que se acumula en los dientes son las semillas de sésamo. Hay que coger un puñado de semillas y masticarlas un par de minutos. Después, sin tragarlas, se utiliza el cepillo de dientes y se frota cada uno como en una limpieza normal del día a día. Por último, se enjuaga la boca con agua y se escupen las semillas que puedan quedar.

Un remedio natural para el blanqueamiento de los dientes son las fresas. No se cortan con un cuchillo, sino que se deben morder con los dientes. También hay otras frutas que ayudan a mantener sanas las encías y a evitar que se acumule comida entre los dientes, como pueden ser la manzana y el melón.

A veces puede realizarse también un cepillado de dientes con fresas. Lo único que hay que hacer es cortar las fresas en láminas y frotar esos trozos sobre los dientes. Cuando se termina, se enjuaga la boca con agua tibia. Se trata de un proceso natural y no deteriora el esmalte de nuestros dientes.

El perejil también es muy beneficioso, ya que es capaz de eliminar el sarro que se acumula detrás de los dientes. Se debe lavar y picar bien un puñado de perejil fresco, mezclarlo con una cucharada de agua a temperatura ambiente y poner esa pasta que se forma en los dientes durante unos minutos. Pasado ese tiempo, se enjuaga la boca con agua tibia para quitar el perejil.

¿Cuándo es necesario asistir al dentista?

En el momento en que la cantidad de sarro dental es muy abundante, hay que asistir al dentista para la realización de una limpieza dental profunda y así deshacerse de todo el sarro que no se puede eliminar con la limpieza bucal diaria. Se recomienda realizar una limpieza dental al año, aunque el profesional será el que indique si hay que hacer más de una en función de la capacidad de acumular sarro que tenga el paciente.

No se considera que el sarro dental sea un problema estético, lo que hace es fomentar la aparición de otras enfermedades periodontales. Por ello, es necesario ir al dentista una vez al año para eliminarlo y así evitar el deterioro de los dientes.

Lo mejor es acudir al dentista regularmente, así garantizaremos que nuestros dientes tengan buena salud y evitaremos que aparezcan otras enfermedades más graves que necesiten unos tratamientos agresivos y la toma excesiva de antibióticos.

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Sensibilidad dental: origen, causas y tratamiento

La sensibilidad dental o hipersensibilidad dentaria, es un dolor dental temporal e intenso provocado por la exposición al medio oral de la dentina. Aparece después del contacto con un estímulo externo como puede ser la ingesta de bebidas o alimentos fríos/calientes, dulces…

Es uno de los motivos más frecuentes de dolor dental, ya que afecta a 1 de cada 7 personas y puede provocar la aparición de otras patologías bucales como periodontitis o caries si no se trata de forma adecuada.

Su aparición se da de los 18 a los 40 años, y se ha visto aumentada en personas jóvenes debido al consumo excesivo de bebidas acidogénicas y a la utilización de blanqueamientos dentales sin la supervisión de un profesional.

Origen y causas de la sensibilidad dental

La sensibilidad dental aparece cuando la dentina queda desprotegida al perder su protector natural, formado por la encía, el esmalte dental y el cemento radicular.

En la dentina encontramos los túbulos dentinarios que unen la parte exterior del diente con las terminaciones nerviosas de éste. Si el diente pierde su protección natural, los túbulos quedan descubiertos y se posibilita el acceso de estímulos externos a esas terminaciones nerviosas, generando así una sensación de dolor intensa.

Existen muchas causas por las que aparece la sensibilidad dental. Normalmente se relacionan con el estilo de vida que lleva el paciente y sus hábitos de higiene bucal. Estas causas pueden ser:

  • Cepillarse los dientes de forma incorrecta tanto en frecuencia como en fuerza y, además, utilizando una pasta de dientes abrasiva que deteriore el cemento radicular o el esmalte dental y deje la dentina al descubierto.
  • La ingesta de alimentos o bebidas ácidas ocasiona que el diente se erosione o se descalcifique.
  • Los malos hábitos del paciente o el exceso de fuerza en la masticación pueden generar desgaste y, por tanto, que se quede al descubierto la dentina.
  • Los tratamientos periodontales pueden provocar que se elimine parte de encía, lo que ocasiona una recesión gingival.
  • Tener alguna patología general o encontrarse en situaciones que desencadenen un medio oral ácido. Estas pueden ser patologías psicológicas como la bulimia, estomacales como úlceras, o profesionales como panaderos, por ejemplo.
  • Tener una recesión gingival producida por un tratamiento odontológico, como una limpieza profesional o una ortodoncia. Es posible que también la provoque una anomalía anatómica del paciente que deje al descubierto la dentina por el defecto que tiene.

Diagnóstico y tratamiento odontológico

Es muy fácil identificar el dolor por sensibilidad dental, debido a que se manifiesta frente a diferentes estímulos pero muy claros, como bebidas y/o alimentos muy calientes o fríos, productos ácidos/dulces, cepillado de dientes… Se trata de un dolor bastante intenso, ubicado exactamente en el diente que lo padece y temporal, ya que solo duele en el momento en que se produce el estímulo.

Cuando el dolor no está relacionado a ningún estímulo específico o se mantiene tras el estímulo y no podemos determinar bien la zona donde se produce, es posible que no sea sensibilidad dental lo que lo provoca sino otro problema como podrían ser las caries.

Para ello, lo mejor es asistir a la consulta de un profesional para que haga una inspección y proporcione un diagnóstico más exacto.

En relación al tratamiento de la sensibilidad dental, hay que dar gran importancia al establecimiento de medidas preventivas además del tratamiento apropiado que determine el profesional tanto en consulta como después en casa.

Las recomendaciones de medidas preventivas son:

  • Hábitos dietéticos: evitar los alimentos y las bebidas ácidas.
  • Malos hábitos: NO utilizar palillos de madera, evitar el bruxismo…
  • Higiene bucal adecuada: cepillarse los dientes correctamente y utilizar una pasta de dientes poco abrasiva.

Además, es muy importante utilizar agentes desensibilizantes, como sales de potasio, en el tratamiento de la sensibilidad dental.

La mayoría de productos que se utilizan en el tratamiento de la sensibilidad contienen sales de potasio, que se introducen hasta llegar a la pulpa del diente a través de los túbulos dentarios que se encuentran descubiertos, e intervienen impidiendo que se realice la transmisión nerviosa que ocasiona el dolor. Algunos productos también tienen fluoruros, los cuales pueden taponar los túbulos dentarios pero solo de forma parcial.

Una de las cosas que ha transformado por completo el tratamiento de la sensibilidad dental es el uso de nanopartículas de hidroxiapatita, que permiten sellar completamente los túbulos dentarios. Tienen el tamaño y la concentración perfecta para asentarse en el esmalte deteriorado, consiguiendo sellar completamente aquellos túbulos dentarios que están descubiertos y evitando que el estímulo externo genere dolor en el diente. Asimismo, estas nanopartículas también crean una capa protectora en el diente que resiste al lavado desde que se aplica por primera vez.

Cuando tratamos la sensibilidad dental todos los días con los productos correctos, la sensación de dolor se elimina y, además, se puede recuperar la normalidad y deshacerse de esa sensibilidad tanto en dientes como en encías.